Afganistán

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PRÓLOGO

Llegar a Afganistán fue, antes que nada, una discusión conmigo mismo.

Un país que nunca había imaginado visitar, que no formaba parte de ningún mapa personal ni de ninguna fantasía de viaje. Lo tenía asociado a titulares, a guerras que no viví, a un régimen que apenas comprendía y a un territorio del que el mundo solo habla para describir tragedias. No tenía ilusiones ni valentías especiales; tenía dudas. Muchas. Y todas legítimas.

No viajaba solo. Y eso lo cambió todo. Sin David y Nicole, con sus relatos quirúrgicos y su doble advertencia —"no es peligroso si entendés las reglas" y "este es el momento, nadie sabe cuánto va a durar"— probablemente habría elegido otro camino. Ellos fueron la primera grieta en la idea rígida que tenía del país. Pero incluso con toda su información, con sus instrucciones sobre la vestimenta, los controles, la comunicación y los códigos, seguía sin tener una respuesta clara a la misma pregunta: ¿qué carajo hacía yo yendo a Afganistán?

Intenté justificarlo mil veces: curiosidad, oportunidad, contexto histórico, desafío personal. Ninguna explicación cerraba. La verdad era más simple y más incómoda: quería ver qué pasaba en un lugar donde el mundo decidió no mirar más.

Y al mismo tiempo, me daba miedo admitirlo.

Viajé con esa contradicción clavada. El trayecto desde Tayikistán hasta la frontera fue un desfile de advertencias. Oficiales que, entre burla y amenaza, le decían a Ilaria que se preparara para ser secuestrada. Preguntas cargadas de prejuicio hacia nosotros. Y un paisaje que cambiaba de tono a cada kilómetro, como si el terreno supiera que estábamos entrando en un espacio donde las reglas no se negocian.

En la frontera, cuando los talibanes aparecieron con sus armas y sus normas, entendí algo esencial:

uno no entra a Afganistán con valentía; entra con humildad, con dudas, con la conciencia de que no controla absolutamente nada.

Y aun así, pasamos.

No lo hice por heroísmo ni por morbo. Lo hice porque sentía que, en este viaje, había algo que necesitaba confrontar: el límite entre el miedo real y el miedo heredado; entre lo que imaginamos de un país y lo que ese país realmente ofrece; entre el juicio fácil y la experiencia directa.

Lo hice sabiendo que no sería cómodo.

Y fue mucho más que eso.

Afganistán, descubrí después, no se resume en un régimen ni en una frontera tensa. Es una mezcla de brutalidad y belleza, de hospitalidad profunda y control absoluto, de silencios que pesan más que las palabras. Es un país que exige todo: mirada, respeto, paciencia, contradicción. Y que te devuelve cosas que ningún otro país en mi viaje pudo darme.

Este prólogo no es una invitación ni una advertencia. Es solo el reconocimiento honesto de lo que significó cruzar a un lugar que desafía todo lo que creemos saber sobre viajar.

Nunca supe si hacía bien entrando a Afganistán, y al salir tampoco tuve una respuesta clara. Lo único seguro es que ese cruce —ese desconcierto inicial— fue el punto exacto donde empecé a dejar de ser el viajero que era.

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Información General

Capital: Kabul

Población: 43.2 millones (37º)

Idiomas: Pastún y Darí (oficiales), además de uzbeko, turcomano y otras lenguas minoritarias.

Superficie: 652,864 km² (40º país más grande del mundo)

Moneda: Afgani (AFN). 1 USD ≈ 70 AFN (valor orientativo, variable según mercado).

Religión: Mayoría musulmana suní; las normas culturales y religiosas son estrictas y deben respetarse.

Alfabetismo: Aproximadamente 43%, con diferencias significativas entre zonas urbanas y rurales.

Educación y sanidad: Sistema educativo en proceso de reconstrucción. Servicios médicos limitados fuera de Kabul; se recomienda seguro con cobertura internacional.

Trabajo y economía: Principalmente agrícola y de subsistencia. Alta tasa de desempleo y circulación limitada de efectivo.

Deportes populares: Buzkashi, cricket y fútbol.

Situación actual: Afganistán atraviesa una etapa política y social cambiante. La información y las condiciones locales pueden modificarse con rapidez. Los servicios consulares extranjeros son limitados o inoperativos, por lo que es esencial viajar con documentación completa, seguro médico y planes de comunicación alternativos.

Aunque muchos gobiernos desaconsejan viajar por motivos de seguridad, algunos visitantes lo hacen por interés cultural, humanitario o periodístico. Cada viajero debe evaluar cuidadosamente la información más reciente y tomar su propia decisión con prudencia.

Visa y Permisos Especiales

La visa para ingresar a Afganistán puede obtenerse en consulados y embajadas en países vecinos. Las tres opciones principales son el consulado en **Peshawar, Pakistán**; el consulado en **Termez, Uzbekistán**; o directamente **al llegar por tierra desde Tayikistán** (opción por la cual crucé).

Requisitos y costos (Todas las opciones)
Opciones de visado en el exterior y en frontera

📍 Termez, Uzbekistán (Consulado)

📍 Peshawar, Pakistán (Consulado - Frontera Torkham)

📍 Frontera Terrestre Tayikistán-Afganistán (Visa On Arrival - Cruce propio)

En mi caso crucé por esta frontera y realicé el trámite on arrival sin mayores dificultades.

Procedimiento en frontera
  1. Los oficiales talibanes realizan una breve entrevista sobre los motivos del viaje, religión, estado civil y lugares a visitar. Es importante responder con sinceridad; las preguntas no buscan juzgar sino confirmar el propósito del viaje.
  2. El pasaporte puede quedar retenido durante el proceso, que puede demorar varias horas o incluso más de un día.
  3. En caso de demora, te trasladan a un hotel cercano donde podrás pasar la noche y comer (costos similares a los del resto del país).
  4. Una vez aprobada la solicitud, se realiza el pago en el banco designado y se estampa la visa en el pasaporte.
  5. Luego se obtiene el sello migratorio habitual antes de ingresar oficialmente al país.

El horario de migración es de 8:00 a 16:00, con pausa para almuerzo entre 12:00 y 14:00. Conviene llegar temprano para evitar demoras innecesarias.

Permisos internos y registro

Tras ingresar, es obligatorio registrarse en los Centros de Información y Cultura de cada ciudad visitada. El primero se hace en Kunduz y luego, al llegar a Kabul, se tramita el permiso oficial donde figuran los lugares autorizados a visitar. Este documento se debe mostrar en los numerosos controles de ruta y dentro de las ciudades.

En cada nueva ciudad, regístrate en la oficina local el mismo día o al siguiente (si llegas fuera de horario). El proceso es gratuito y sencillo, y garantiza que puedas moverte sin inconvenientes.

Mujeres viajeras

Las mujeres que viajan por cuenta propia no pueden cruzar solas la frontera terrestre. Si lo intentan, deberán esperar a que algún viajero masculino se ofrezca a acompañarlas o “asumir responsabilidad” para que el cruce sea autorizado. En cambio, si viajan con un guía oficial, no hay inconvenientes, ya que el guía es considerado la persona responsable durante todo el trayecto.

Controles y comportamiento

Los controles son constantes en rutas y ciudades. Es imprescindible portar siempre el pasaporte y el permiso local. Mantén una actitud calmada y respetuosa, responde con claridad y evita discutir. No se deben fotografiar instalaciones militares, puestos de control ni personal de seguridad sin autorización expresa.

Consejos finales

Hospedaje

En Afganistán existen hoteles habilitados oficialmente en todas las principales ciudades. No hay hostales ni guesthouses privadas: el alojamiento debe realizarse exclusivamente en establecimientos autorizados por el gobierno talibán. Hospedarse en un lugar no habilitado puede generar sanciones severas a los propietarios y problemas al viajero, ya que este dato se verifica en los Centros de Información y Cultura durante el registro obligatorio.

Precios y tipo de alojamiento

Durante mi viaje (septiembre 2025), me alojé junto a dos amigos italianos en distintas ciudades del país. Siempre reservamos una habitación triple, con un costo promedio de 500 a 600 afganis por noche, equivalente a 7–8 USD por persona.

Las habitaciones suelen ser cómodas, con baños privados o compartidos según el hotel, y cuentan con camas amplias, ventilador o calefactor según la zona. En general, el agua caliente y la electricidad funcionan con normalidad, aunque en ciudades menores puede haber cortes breves.

Reserva y control

La reserva puede hacerse directamente al llegar, ya que las plataformas internacionales no suelen reflejar los hoteles autorizados. Es común negociar el precio, especialmente si se trata de estadías de más de una noche.

Todos los hoteles registrados informan a las autoridades locales sobre los huéspedes extranjeros. Este procedimiento es obligatorio y parte del sistema de seguridad nacional. En caso de alojarte en un establecimiento no habilitado, serás trasladado de inmediato a uno autorizado.

Servicios disponibles
Recomendaciones prácticas

El hospedaje en Afganistán sorprende por su sencillez y hospitalidad. Siguiendo las normas locales y respetando los procedimientos oficiales, se puede viajar y descansar con tranquilidad incluso en zonas donde pocos extranjeros llegan.

Transporte

Rutas Principales y Opciones Interurbanas

RECOMENDACIONES PARA VIAJES:
Moneda: AFN (Afghani afgano). SIEMPRE NEGOCIAR PRECIO ANTES de abordar.
Salida: Taxis y colectivos interurbanos salen desde las **terminales en las afueras** de la ciudad.
Riesgo: El transporte terrestre implica riesgos significativos. Se recomienda verificar condiciones de ruta y, si es posible, viajar con escolta/seguridad.
Aéreo: Los vuelos domésticos son escasos y sujetos a cancelación.

Transporte Urbano y Movilidad en la Ciudad

Limitado y básico en la mayoría de ciudades:
- **Taxis compartidos:** Medio principal. Solo necesario para moverse en Kabul; el resto de ciudades se pueden recorrer caminando.
- **Taxis locales:** Negociación previa esencial.
- **Vehículos privados con conductor:** Opción más segura.
- **Transporte público:** Mínimo y no recomendado para extranjeros.

**Costos Urbanos (AFN):**
Un traslado corto a las terminales o dentro de la mayoría de ciudades **no superará los 200 AFN**.
En Kabul, los costos por taxi son mayores, variando entre **100 y 400 AFN** en total por viaje, dependiendo de la distancia.

Clima y Mejor Época para Viajar

Condiciones Climáticas Estacionales

**Nota:** Las condiciones meteorológicas pueden afectar directamente la seguridad y la accesibilidad de las rutas terrestres. Consulte el pronóstico local antes de planificar traslados interurbanos.

Información Particular - Seguridad y Normas

Consideraciones esenciales:
- Seguridad: Consultar actualizaciones constantemente. Evitar zonas de conflicto activo
- Fotografía: Prohibido fotografiar instalaciones militares, puestos de control y personal de seguridad
- Vestimenta: Conservadora obligatoria. Mujeres deben usar hijab/burka en todo momento
- Drogas y Alcohol: PROHIBICIÓN TOTAL. Penas extremadamente severas incluyendo prisión
- Comunicación: Servicios de internet limitados y monitoreados. Censura frecuente
- Documentación: Portar siempre pasaporte y permisos locales. Registro obligatorio en cada ciudad
- Alojamiento: Exclusivamente en hoteles autorizados por el gobierno
- Transporte: Siempre con conductor/conocedor local. Evitar viajes nocturnos
- Salud: Seguro médico especializado obligatorio. Hospitales con recursos limitados
- Horarios: Respetar horarios de oración. Viernes día no laboral
- Conducta: Respeto estricto a costumbres islámicas. Evitar gestos occidentales
- Emergencias: Tener contacto de embajada. Plan de evacuación preparado
- Controles: Múltiples controles de seguridad en rutas. Actitud calmada y respetuosa
- Moneda: Efectivo esencial (Afgani). Tarjetas internacionales inútiles

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