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Túnez no se entrega de golpe. Primero te deja oler su polvo, después te ofrece un té demasiado dulce y, solo si aprendés a respirar a su ritmo, te abre las puertas de sus patios azules y blancos. Llegué un mediodía, con el aire denso de gasolina y especias, y lo primero que vi fue a un niño cruzando la calle con una jaula de canario, atravesando un enjambre de motos y carretas como si el caos se abriera para él. Su paso tenía la calma de quien sabe que aquí el tiempo obedece otras leyes.
Es un territorio que respira entre dos mundos: el Mediterráneo, que le da luz, y el desierto, que le marca el pulso. Las mezquitas se alzan como faros de otro tiempo, mientras los mercados laten con un desorden que no pretende ser amable. La historia aquí no se guarda en vitrinas: se vende por kilos en los zocos, se desgasta bajo los pies húmedos de los hammams y se esconde en las grietas de las murallas antiguas. Pronto entendería que, en Túnez, cada rincón es un escenario donde el pasado y el presente ensayan la misma obra sin ponerse de acuerdo.
Leer Historia de TúnezCapital: Túnez
Población: 12,000,000 (91º)
Idiomas: Árabe (oficial), Francés (ampliamente hablado)
Superficie: 163,610 km² (92º país más grande)
Moneda: Dinar tunecino (TND), 1 USD ≈ 3.14 TND (aproximadamente, el tipo de cambio puede variar)
Religión: Principalmente Islam (99%), con pequeñas comunidades cristianas y judías.
Alfabetismo: 79%
Educación y sanidad: El sistema educativo y de salud en Túnez es de acceso público. A pesar de que en áreas urbanas es bastante bueno, en zonas rurales puede haber limitaciones.
Trabajo: La tasa de desempleo ronda el 15%, siendo especialmente alta entre los jóvenes. El turismo es una de las principales fuentes de ingresos del país.
Deporte más popular: Fútbol
Seguridad: Túnez es relativamente seguro para los turistas, aunque se recomienda tener precaución en las áreas rurales y en las cercanías de fronteras con Libia o Argelia.
La cocina tunecina es una deliciosa fusión de influencias mediterráneas, árabes y bereberes. Se caracteriza por el uso de especias como el harissa, el comino y el cilantro, y por ingredientes como el cuscús, el aceite de oliva, el cordero y el pescado.
Platos que debes probar:
Los ciudadanos **argentinos no requieren visa** para ingresar a Túnez en calidad de turistas por un período de hasta 90 días. :contentReference[oaicite:1]{index=1}
Requisitos para ingresar a Túnez:
Es recomendable verificar los requisitos específicos antes de viajar, ya que pueden variar. Para más información, consulte el portal oficial del gobierno tunecino o la embajada de Túnez en Argentina.
Opciones principales: Hoteles, hostales, y alojamientos turísticos en ciudades como Túnez, Hammamet y Susa.
Precio promedio en Túnez:
- **Túnez ciudad:** 40 TND (13 USD) por noche en hostales (temporada baja).
- **Túnez ciudad:** 70 TND (23 USD) por noche en hostales (temporada alta).
Importante: Algunos hostales incluyen desayuno en el precio. En temporada alta (junio a agosto), los precios pueden aumentar, especialmente en zonas turísticas populares.
El transporte interurbano en Túnez es económico y práctico. Los autobuses y trenes son las opciones más populares, con taxis colectivos también disponibles en las ciudades.
A continuación, los trayectos más comunes desde Túnez ciudad:
El transporte urbano es accesible y económico, con opciones como autobuses, tranvías y taxis.
**Cartago** y **Sidi Bou Said** son fácilmente accesibles desde Túnez ciudad mediante transporte público.
Tren: 15 minutos, 1-2 TND / 0.33-0.66 USD. Sale cada 20 minutos desde la estación central. Autobús: 30-40 minutos, 1-2 TND / 0.33-0.66 USD.
Tren: 20 minutos, 1-2 TND / 0.33-0.66 USD, con salidas frecuentes. Autobús: 30-40 minutos, 1-2 TND / 0.33-0.66 USD.
La mejor época para visitar Túnez es durante la primavera (de marzo a mayo) y el otoño (de septiembre a noviembre), cuando las temperaturas son agradables y las multitudes no son tan grandes.
La temporada alta es durante el verano (de junio a agosto), cuando las temperaturas son bastante altas, especialmente en las zonas costeras. Los precios pueden aumentar y las ciudades suelen estar más llenas de turistas.
Telefonía móvil: Las principales operadoras en Túnez son **Ooredoo**, **Tunisie Telecom** y **Orange Túnez**. Puedes comprar SIMs en tiendas, aeropuertos o quioscos. La cobertura es buena en las principales ciudades y áreas turísticas.
**Operadoras:**
Dinero: La moneda es el **dinar tunecino (TND)**. Asegúrate de llevar efectivo para mercados pequeños y tiendas, aunque las tarjetas de crédito son aceptadas en la mayoría de los lugares turísticos.
Comisiones bancarias: Verifica las comisiones al retirar dinero de cajeros automáticos, especialmente si usas tarjetas extranjeras.
Comercios: Es común que los precios varíen, especialmente en mercados y tiendas turísticas. Asegúrate de preguntar el precio antes de comprar para evitar sorpresas.
Explora Tunez con esta guía práctica. Selecciona una ciudad para ver sus lugares clave:
Túnez se mueve a un ritmo que no es el tuyo ni el mío. Entre el Mediterráneo y el Sahara, entre el minarete y el mercado, cambia de piel cada día. No está hecho para quienes buscan caminos rectos: aquí las rutas se doblan, las puertas se cierran sin explicación y las historias se cuentan en voz baja, solo si estás dispuesto a escuchar.
He visto vendedores que hablan más idiomas que un diplomático, y pescadores que no necesitan ninguno para hacerse entender. He visto ruinas convertidas en canchas de fútbol, y casas que guardan la sombra fresca como si fuera un tesoro.
Túnez no es una postal fija; es un país que te obliga a encontrar tu propia versión de él. Puede cansarte y fascinarte en la misma tarde, pero nunca te deja indiferente. Al irme, el olor a menta, a polvo y a mar quedó pegado en mi ropa. Y pensé que, en algún lugar entre las piedras y las olas, el viento todavía susurra historias que no figuran en ningún mapa.
En la Medina de Túnez, las calles se enroscan como serpientes viejas, estrechas y desconfiadas. El aire es espeso: mezcla de comino, cuero y voces que se empujan unas a otras. Un hombre me ofreció alfombras con la misma insistencia con la que otro me regaló su historia: treinta años como pescador en el Golfo de Gabès, hasta que el mar empezó a devolver más plástico que peces.
Mercado tradicional en la Medina de Túnez
Callejón con casas blancas de arquitectura árabe en la Medina
Del azul del Mediterráneo al blanco encendido de Sidi Bou Said, el viaje parece un cambio de luz. Este pueblo se asoma al mar con la calma de quien no necesita halagos. Sus puertas azules parecen hechas para postales, pero en un callejón apartado una anciana me vendió una botella de aceite de oliva envuelta en papel de diario. “Mi marido lo hizo”, dijo, y en sus ojos había un brillo que no se compra. Desde su puerta se veía el mar, y pensé que quizá lo miraba todos los días sin la urgencia de fotografiarlo.
Puerta ornamental con diseños tradicionales tunecinos
Calle vacía en la Medina de Túnez
En Cartago, las ruinas se dispersan entre jardines, casas y calles modernas. Columnas rotas y mosaicos sobreviven como si nunca hubieran aceptado del todo el paso del tiempo. Caminé entre piedras calientes y olor a jazmín, mientras un vendedor me señalaba el horizonte y decía: “Allí estaba el puerto púnico”. No quedaba nada, salvo el mar. Entonces pasó un colectivo ruidoso, y el chirrido de sus frenos partió en dos el silencio antiguo. Allí estaba el verdadero Cartago: un diálogo incómodo entre siglos, donde las batallas se perdieron y el tráfico ganó.
En La Goulette, el puerto se movía como un mercado flotante. Un grupo de chicos pescaba con hilos y botellas de plástico, riendo como si no importara que las olas trajeran bolsas y algas. Uno de ellos, descalzo y con una camiseta de Messi, me mostró orgulloso un pez diminuto. Lo devolvió al agua sin ceremonia, como si entendiera que algunas capturas no están hechas para quedarse.